Es hora de dejar de hablar y comenzar a actuar para hacer un cambio.

William Holdbeer

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Este proyecto fue diseñado para toda persona amante de la fotografia con ganas de aprender 

Si no está impresa…no es foto

“¡Sonrían…digan whisky!”,click. La foto nace justo en el momento que uno dispara…Hasta hace unos años, éste era el ritual para tomarnos una instantánea. Hoy el ritmo vertiginoso de la era digital ha transformado el momento, la inmediatez, la cultura del consumo rápido y de usar y tirar; digitalización del proceso. Justo antes de entrar en el siglo XXl, éramos felices con nuestras cámaras de fotos analógicas con las que podíamos hacer 24 o 36 fotografías; ni más ni menos, las justas para llevarlas a un revelado e impresión nítida, de cualquier tamaño, en papel fino y elegante, era caro, sí, pero lo valía.

 Hoy la tecnología ha suplantado un tanto esta maravilla de la fotografía en papel…Pero con todo y tanto conocimiento de vanguardia (ahora con los móviles de última generación), si no está impresa, no es foto. Y es aquí donde todos los sentidos se regocijan: ver la foto en papel mate o brillo, blanco y negro o en color, sentir la textura del papel, oler el acabado, escuchar aún el eco del mar cuando te tomaste ese detalle y sentirte orgulloso por esa fotografía de tu graduación, de tu cumpleaños, de tu boda, de tu viaje…Cuando eres testigo de una extraordinaria foto impresa a 50x70 cm, te das cuenta que merece la pena seguir haciendo imágenes así. La relación que adquieres con el soporte es totalmente diferente de uno digital, sin anclarnos en el pasado, qué conste. 

En lo personal he visto fotos en pantalla de 50 pulgadas, excelente resolución…pero en papel pasas del asombro a la fascinación más intensa. Hoy la sustitución del carrete fotográfico por la tarjeta de memoria, es sólo un hecho más del cambio, de la modernidad, pero podemos adaptar y actualizar el papel en donde descansará la memoria del tiempo, de nuestras vidas y la de nuestros seres queridos. La magia de la fotografía adopta formas diversas de manifestación o exposición, pero mientras no esté grabada en un soporte de papel (tangible), punto final, no se considera el proceso acabado. El papel lo aguanta todo, es la magia de los retratos, de los paisajes, del recuerdo y de testimonio de lo que somos y lo que fuimos, de lo que hicimos y lo que dejamos en un legado de vida.  


La nostalgia de tus fotos

Chris O.

Los niños digitales de hoy quizás no lo crean, pero existió un maravilloso tiempo en el que las fotos no se hacían con un celular, sino con una cámara analógica y un carrete de 12, 24 o 36, uno de los objetos más preciados durante la infancia y adolescencia. Tomar recuerdos tras un clic era una delicia emocional, para luego enmarcarlos en un álbum, y evocar imágenes cuando la nostalgia hacía de las suyas...
Hoy la vida ha cambiado drásticamente, pero no las emociones que suscitan las fotos: felicidad, añoranza, risas, punzadas en el estómago y hasta lágrimas por los que se adelantaron en el camino.
   Decía el escritor Henry David THoreau: “Lo importante no es lo que miras, sino lo que ves”. Y en esos días en que te sientas triste, melancólico, apagado, un tanto afligido, agarra tu álbum de fotos (que de seguro estará saturado de todos esos momentos inolvidables que se han quedado para la inmortalidad). Comienza a mirar imágenes y, por ende, a recordar escenas, situaciones, días, cumpleaños, risas, amor y todo aquello que sirvió para compartir con amigos, familia, compañeros de trabajo, hijo, o ese paisaje cuando te sentaste en esa banca del parque junto a tu compañera de viaje.
No te costará trabajo despertar única y exclusivamente las postales agradables, incluso deseos de repetir la experiencia; si has viajado, seguro comprendes esta evocación. La añoranza por lo que fue, te ayudará a mantener el equilibrio emocional; pero no te estanques, en exceso te puede condenar a vivir de puros recuerdos.
Las investigaciones muestran que cuando las personas conscientemente eligen mirar atrás, más del 80% tiende a concentrarse en las memorias positivas; aquellas que les genera una sonrisa, un suspiro o un descanso.
Y recordar la felicidad pasada tiene la poderosa habilidad de traer inmensa dicha al presente. Hazlo, deléitate con esas fotos y sentirás la diferencia.


5 Cualidades de un fotógrafo profesional

La cámara no hace al fotógrafo, éste debe de arroparse de ciertos atributos profesionales, condiciones que hacen de la imagen una obra de arte. Más allá de tus imprescindibles conocimientos básicos (composición, técnica, distancia focal o apertura…) He aquí las 5 cualidades de todo artista de la lente: 


Tus otros ojos. De nada te servirá un gran angular si no miras el mundo con otros ojos, muy distintos a como miran los demás, ir más allá de lo que tienes enfrente de tus narices. La curiosidad es una fuente inagotable por todo lo que te rodea; ver y sentir lo que los demás no, observar desde perspectivas especiales, únicas.  Y de aquí, seguro, te surgirá la creatividad, ésa que te mueve a crear día con día con imaginación. Es la base de cualquier artista, la musa que aparece en el momento y lugar menos esperado.  


Un paso adelante. Un fotógrafo no se rezaga o se conforma con llegar a un sitio, sino que día con día trata de estar un paso adelante de la vanguardia, de lo que nutre a su lente. Investiga, acude a eventos, Expos, navega en las redes para hacerse de productos, equipo, aparatos, fórmulas innovadoras. Es decir, invierte para obtener experiencias fotográficas insuperables, momentos con detalles excepcionales.   


Ama lo que hace. Si lo amas, harás lo mejor para esas tomas. Velo como una pasión, pero también como un trabajo, uno que te aportará gran satisfacción en varias esferas de tu vida. El trabajo mal encauzado sólo genera estrés, insomnio, falta de apetito y muchos tropiezos laborales. Es necesario trabajar con balance y sentirte parte importante de lo que plasmas. Así que comprométete con tu lente; sé responsable, disciplinado, proactivo. Todos los días imponte retos. 


Radar interno. Un artista de la imagen debe despertar y afinar su radar interno a la hora de las tomas. Intuir momentos, paisajes, colores, personas, postales, climas. La intuición es el sexto sentido que todos llevamos, pero que pocos desarrollamos, es la que ha salvado muchas vidas, la que ha generado muchas riquezas. La misma que de seguro a ti muchas veces te ha dicho, en forma de corazonada o presentimiento, que ahí está el escenario perfecto para la foto.  


¡Apasiónate! La pasión será el motor de 8 caballos de fuerza que moverá las anteriores cualidades. Para lograr esa gran toma, necesitas apasionarte con la idea…De lo contrario terminarás tirando la toalla ante el primer fracaso, y créeme que en este ámbito habrá muchos tropiezos. Sabrás si tienes pasión si no te importa salir de madrugada para tomar el alba, las estrellas, la niebla, la lluvia… La pasión puede transformar cualquier desafío en una excelente oportunidad; es el poder desbocado para mover tu vida hacia delante. 

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